Unas vacaciones inolvidables
El mes pasado mi novia y yo salimos de vacaciones a Cartagena, Colombia. Reservé los pasajes, los traslados y el hotel en una agencia de viajes. El empleado de la agencia nos aseguró que todo iba a estar organizado por lo que no había razón para preocuparse.
Salimos muy temprano, estaba nublado y hacía mucho frio. Traté de dormir un poco en el avión, pero era imposible, estaba muy incómodo. Por eso, decidí leer el periódico mientras esperaba el desayuno. Cuando la azafata trajo por fin el desayuno, el café estaba frío y el emparedado de jamón y queso no sabía bien, así que no me quedó otra que pedir otra taza de café. Al final sólo desayune café con un poco de pan y mermelada.
Al llegar al aeropuerto estábamos muy cansados por el viaje y teníamos muchísima hambre. En la sala de espera había mucha gente que había venido a esperar a otros pasajeros, pero a nosotros nadie nos esperaba. Recogimos el equipaje y salimos del aeropuerto, afuera llovía a cantaros y para colmo de males no encontrábamos ningún taxi libre. La única opción que quedaba era tomar el autobús. Así lo hicimos y como una hora después llegamos al hotel. Entramos con nuestras maletas y nos acercamos a la recepción y como la recepcionista no estaba, nos sentamos a esperarla. Unos minutos más tarde vino y nos dijo que nuestros nombres no figuraban en la reserva y, lo peor de todo es que no tenía más habitaciones disponibles. Llamó a otros hoteles de la ciudad y finalmente consiguió una habitación para nosotros en un hotel que estaba un poco lejos de la playa. El problema más grande fue que sólo podíamos quedarnos tres días en esa habitación y después tuvimos que buscar otro hotel. Así que el resto de nuestras vacaciones vivimos en un pequeño apartamento que no tenía ni cocina.
¡Ojalá que las próximas vacaciones sean mejor que estas!
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¿Cuándo salieron de vacaciones?
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El viaje salió tal y como lo planearon.
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La expresión “llover a cantaros” significa: